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Un brillante manifiesto que llama a la acción para comenzar a reinventar Internet.
¿Te cuesta imaginar una vida sin redes sociales? ¿Y si te dieran 10 argumentos
explicando la toxicidad de sus efectos?
En este libro, Jaron Lanier nos explica con una contundencia abrumadora como las redes sociales, al desplegar una vigilancia constante y manipular el inconsciente de sus usuarios, nos están convirtiendo en personas rencorosas, tristes, asustadizas, poco empáticas, aisladas y triviales.
Si quieres una vida más feliz, un mundo más justo y pacífico, o simplemente la
oportunidad de pensar por ti mismo sin ser monitoreado e influenciado por las
corporaciones más ricas de la historia, lo mejor que puedes hacer es cancelar tus
cuentas. Ahora.
...
Razón 3
Las redes sociales te están convirtiendo en un idiota
.......
VE ALLÍ DONDE ERES MÁS AMABLE
Por supuesto que había idiotas en el mundo anterior a INCORDIO, pero no costaba tanto evitar ser uno de ellos. En INCORDIO, para ser simplemente decente hay que luchar contra la fuerza de la gravedad.
El problema de la supremacía de los idiotas en internet se podría resolver de una forma bien sencilla: abandonar el modelo de negocio de INCORDIO. Una posibilidad es que las personas pudiesen ganar dinero más a menudo y de una manera más justa a partir de lo que hacen en internet. Esta idea se analizará en la razón sobre cómo las redes sociales perjudican la economía. Lo que necesitamos es algo que sea real más allá de las apariencias sociales y en lo que las personas puedan centrarse en lugar de convertirse en idiotas.
Entretanto, hay algo que tú puedes hacer personalmente. Si al participar en cualquiera de las plataformas de internet detectas algo desagradable en tu interior, una inseguridad, una sensación de baja autoestima, un anhelo de atacar verbalmente o de golpear a alguien, abandona esa plataforma. Así de sencillo. Como es natural, lo que más se destaca es el acoso en internet, que quizá tú mismo hayas podido sufrir. Es algo que ha padecido muchísima gente. Pero también te estoy pidiendo que detectes, en tu propia mente, en tu fuero más íntimo —no lo comentes con nadie— si sientes la tentación de anular a alguien en internet. Puede que fuese la otra persona la que empezó. Da igual. No merece la pena.
Abandona la plataforma. No publiques ese vídeo con insultos, no tuitees como represalia.
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